26 de agosto de 2010

El Parque José Batlle y Ordóñez de Montevideo. Todos sus rincones, su historia, sus curiosidades... y sus misterios.


El barrio Parque Batlle

La principal avenida de Montevideo, 18 de Julio, remata su recorrido de 3300 metros por la zona más densamente poblada de la ciudad, abriéndose en el extenso pulmón verde del Parque José Batlle y Ordóñez, que proporciona a la capital un imprescindible y hermoso remanso. La superficie del Parque es de 60 hectáreas, y fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1975.


Al lado del Parque, rodeándolo por el Sur y por el Este, crecieron varios barrios residenciales: Belgrano, Italiano, Villa Dolores y Parque Batlle, que fueron reunidos en uno solo, el actual barrio Parque Batlle, conservando el nombre del último por ser el más extenso e importante de los cuatro. Quedó entonces enmarcado por Bulevar Artigas, Canning, y las avenidas Américo Ricaldoni, Italia, Luis Alberto de Herrera y Rivera, que lo separan de los que lo rodean: Cordón, Tres Cruces, La Blanqueada, Buceo y Pocitos.

Historia del Parque (Central, Pereira, de los Aliados, Batlle y Ordóñez)

Una vez obtenida la Independencia, el crecimiento demográfico de la ciudad de Montevideo obligó a demoler las murallas y extenderla. El plan que realizó el Ingeniero José María Reyes en 1836 dio lugar a lo que se llamó “Ciudad Nueva”, y la antigua ciudad pasó a llamarse “Ciudad Vieja”. La Ciudad Nueva llegaba aproximadamente hasta donde está el monumento al Gaucho. Pero su crecimiento continuaba, incontenible, y en 1872 se tuvo que hacer un segundo ensanche al que se denominó “Ciudad Novísima”, limitada por un bulevar de circunvalación -que es Bulevar Artigas-, previsto en 1872, proyectado en 1878, inaugurado en 1885 y terminado de construir mucho después.

Sin embargo, hasta los comienzos del siglo XX, el predio que ahora ocupa el Parque fue campo.

Para llegar hasta allí desde la Ciudad Vieja de Montevideo, se tenía que recorrer el antiguo, largo y desolado Camino a Maldonado (actualmente las avenidas 18 de Julio y 8 de Octubre), que daba comienzo donde hoy está el Monumento al Gaucho y conducía al poblado de La Unión. Luego se podía bordear por el angosto Camino de la Aldea (hoy avenida Italia), que se desprendía de él en la zona de Tres Cruces, donde ambos se cruzaban con el Camino a Punta Carretas, después convertido en bulevar Artigas.

En los primeros tiempos de nuestra República se encontraba establecido allí el saladero y grasería del español -maragato- Francisco Martínez Nieto, integrante de la logia paramasónica “Caballeros Orientales”, de capital importancia para la "Cruzada Libertadora" de los 33 Orientales en 1825. Martínez Nieto importó de Inglaterra la primera caldera de vapor, y en 1832 logró extraer la grasa en grandes cantidades de residuos de animales que hasta entonces se desechaban, posiblemente colocándolos en tachos de hierro con serpentines por los que circulaba el vapor, donde la grasa fundida sobrenadaba. Fue la primera industria en nuestro país que utilizó el vapor como trasmisor del calor, aunque no como fuerza motriz, y el procedimiento fue adoptado y perfeccionado por otros saladeros, aumentando considerablemente la exportación de sebo y grasa.

El saladero perteneció más tarde a Gabriel Antonio José Pereira Villagrán, otro de los “Caballeros Orientales”. Gabriel Pereira era considerado en su época el hombre más acaudalado del país. Sería el sexto Presidente Constitucional de la República entre 1856 y 1860, y al fallecer en 1861 sus hijos heredaron el extenso predio del saladero.

Entonces surgen los hechos que cambiarían el destino de la zona.

El precursor de la zona: Luigi Andreoni

La visión extraordinaria del Ingeniero Andreoni lo llevó a construir su “Ospedale Italiano Umberto Primo” en este lugar, entre 1884 en que se compraron los terrenos y su inauguración en 1890, anticipando su reunión con la creciente ciudad.

La información sobre el origen del Parque, tanto en libros y revistas como en Internet, dice que todo comenzó cuando Antonio Pereira y Vidal donó un importante predio en esta zona para hacer un parque. Parecería entonces que la ubicación del Parque surgió de forma caprichosa, pero no fue así.

Lo que realmente sucedió fue que como la ciudad crecía desordenadamente, en 1889, durante el gobierno del Gral. Máximo Tajes, la Junta Económico Administrativa creó la "Dirección de Paseos", y encargó al prestigioso arquitecto paisajista y botánico francés Édouard André la realización de un “Plan de ensanche y embellecimiento para Montevideo”.

La primera planificación: Édouard André


Édouard-François André tenía una fantástica reputación por haber diseñado unos cien parques naturales, públicos y privados, por toda Europa: en Francia, en Inglaterra, en Suiza, en Holanda, en Dinamarca, en Bulgaria, en Rusia, en el Imperio Austro-Húngaro, en Luxemburgo y en Montecarlo; también realizó el Jardín Funchal en la isla de Madeira de Portugal y los jardines de Villa Borghese en Roma. Además participó en el rediseño de Haussmann que convirtió a París en una de las ciudades más lindas del mundo. Como antecedente, en 1868 André había elaborado un anteproyecto para la ciudad de Buenos Aires a solicitud de Sarmiento, entonces presidente de la República Argentina.

Con ese propósito, André arribó a Montevideo a fines de 1890 con su hijo René, también arquitecto paisajista. Al no existir un diseño previo tuvo mucha libertad para proyectar, y en 1891 presentó su plan, que es considerado el proyecto rector de la política de plazas, parques y jardines de Montevideo ya que establece un sistema de espacios públicos verdes formados por plazas y parques unidos por anchos bulevares enjardinados y con edificios nacionales o municipales estratégicamente ubicados. Incluía un “Parque Central”, ubicado exactamente donde está el Parque Batlle, en el que destinaba una gran parte de su superficie a actividades deportivas, y le agregaba un restaurante, un quiosco de música, un jardín botánico y un jardín zoológico. Ya existía un concepto de democratización del espacio verde, se domesticaba y modelaba la naturaleza atendiendo las necesidades de esparcimiento de la población en general, para su disfrute.


Entonces ocurrió lo imprevisible, y el plan de André quedó postergado hasta nuevo aviso.

En 1890, en el marco de la depresión internacional, la caída de los precios de lanas y cueros provocó la quiebra del Banco Nacional, sumiendo al país en una desastrosa crisis.

Pasaron 10 años y el Parque continuaba en papeles.

Un segundo empuje le llegó a la zona en 1900, cuando la nieta de Gabriel Pereira, Dolores Cecilia Pereira Buxareo y su esposo Alejo Atanasio (de Ibaceta) Rossell y Ríus, donaron un predio de 4500 m2 cercano al Hospital Italiano para la construcción de un “Hospital de Niños Pobres” (en 1905 sería denominado oficialmente “Hospital Pereira-Rossell”). A esta donación se le agregó otra importante en marzo de 1901, por parte de Desideria Parma de Beisso y su esposo Alejandro Beisso, de un pabellón totalmente equipado para Medicina General, cooperando de esta manera a la más pronta realización de la obra, que comienza en 1902 y cuyo primer módulo se inaugura en 1908.

Pero el Parque seguía sin novedad.

Entonces sí, un hecho fortuito intervino para darle nuevo aliento.

El donante del primer predio: Antonio Pereira y Vidal

Sucedió el 7 de febrero de 1906, cuando falleció uno de los hijos de Gabriel Pereira, Antonio Gabriel Pablo Nereo Pereira y Vidal. No había tenido la suerte que su nombre pudo darle, ya que Nereo, el dios griego de las olas, fue padre de cincuenta hijas, las nereidas, ninfas del mar. Él murió sin descendencia, por lo que legó por testamento al Estado una propiedad de 11 hectáreas, parte de lo que había sido el saladero de su padre, para hacer un paseo público, con la condición de que llevara su nombre. La donación llegó en el momento adecuado, y el “Parque Pereira” fue creado por ley de marzo de 1907.

El terreno donado era conocido como "Campo Chivero", porque en él se hacían pastar chivas. Era una zona agreste, atravesada por el arroyo de los Pocitos, que nacía cerca de donde está el Instituto Crandon, en 8 de Octubre y Garibaldi y desembocaba en la playa a la que dio nombre. Donde está el Estadio Centenario había una surgente que formaba el arroyo del Chivero, que se le reunía.

Sin embargo, como 11 hectáreas eran insuficientes para formar un Parque, el proyecto continuó su siesta.

Pasaron otros cuatro años, y por fin, llegó el hombre –y las circunstancias- decisivos.

El ejecutor: Ramón Benzano

Y ese hombre fue Ramón V. Benzano, un gobernante con experiencia y lleno de iniciativa. El 5 de enero de 1911, asumió como segundo Intendente de Montevideo, y de inmediato contrató al eminente arquitecto, naturalista y paisajista francés Charles Thays, discípulo de André (que falleció ese año) y que residía en Buenos Aires, donde era Director de Parques y Paseos, para realizar el Parque.

El 18 de marzo de 1911, apenas dos meses después ocupar Benzano su cargo de Intendente, Thays viajó expresamente a nuestra capital. A continuación, ese mismo año, Benzano resolvió adquirir otras 37 hectáreas de terrenos contiguos al donado, propiedad de otros herederos del saladero de Gabriel Pereira, su hijo Julio Pereira y Vidal, y la hija de éste, la ya nombrada Dolores Pereira de Rossell y Rius. Posteriormente, en 1913, Benzano compró otras hectáreas más.

Después del prolongado sueño de 20 años, el Parque despertaba.

El realizador: Charles Thays


Jules Charles Thays nació en París en 1849, y a los 39 años llegó contratado a la Argentina, donde fijó su residencia hasta que murió en 1934. Como botánico, se interesó en la flora de la Mesopotamia argentina, sobre la cual llegó a ser un profundo conocedor. Modificó el paisaje urbano de Buenos Aires forestando calles, remodelando plazas, formando paseos y ampliando y remodelando parques públicos. Hizo traer miles de árboles del interior para plantarlos en sus aceras, y formó los bosques de Palermo, que hoy constituyen su pulmón. También creó parques y paseos públicos en las ciudades de Rosario de Santa Fe, San Juan, Tucumán, Córdoba, Paraná, Mendoza y Salta. Realizó toda la urbanización de la ciudad balnearia de Mar del Plata y de Coronel Suárez. También realizó trabajos en Santiago de Chile y São Luís do Maranhão en Brasil. Su proyecto de mayor magnitud fue el Parque Nacional de Iguazú en 1911, con sus selvas vírgenes, cataratas, paisajes naturales y el centro urbano. En 1912 hizo el trazado del residencial barrio porteño de Palermo Chico y la población balnearia de Carrasco en Montevideo. Thays también diseñó en nuestra ciudad el Parque Rodó y muchas otras plazas y espacios públicos, entre ellas la Plaza Independencia y la de Cagancha. Fue el más importante de los arquitectos paisajistas que actuaron sobre Montevideo, en la que dejó una obra de notable belleza.

Thays diseñó este Parque, continuando el modelo de su maestro André, como pulmón de la futura ciudad, que crecía hacia él debido entre otras cosas al empuje urbanístico que le proporcionaron el Hospital Italiano y luego el Pereira-Rossell; y tomando como modelo al Central Park de Nueva York, que ya daba sus frutos en esa ciudad que crecía a su alrededor.


En el proyecto de Thays, el Parque se abría por un gran “rond point”, una gran plaza redonda adornada con motivos florales variados, donde hoy está el Obelisco, que serviría de decoración y de descongestión del tránsito. En el centro del mismo, propuso que se levantara una estatua de Artigas, por ser el punto culminante de la ciudad y el más panorámico. De allí arrancaba la gran avenida exterior de circunvalación de 50 metros de ancho (hoy Morquio y Ricaldoni), con canteros centrales, faroles y árboles laterales. Sobre dicha avenida hacia el sur, entre macizos de jardinería, Thays situaba un gran gimnasio con explanadas laterales, viveros de aclimatación y de cultivos finos, invernáculos, conservatorio, casa para jardineros, galpones, caballerizas, etc. En el lugar que hoy ocupa el Centenario proyectó un estadio de 200 metros por 100 de ancho, con tres tribunas y demás dependencias, de forma oblongada. En la zona donde hoy está La Carreta, que es la parte más elevada del paseo, ubicaba un restaurante, con terrazas y belvedere, desde donde se dominaría completamente no sólo el panorama del parque, sino todo el sur, Pocitos, etc. También sobre Aldea (avenida Italia) disponía un Jardín Botánico en forma de abanico, dentro de cuyo conjunto se elevaría el Museo de Bellas Artes, de 400 metros por 50 con todas las adiciones necesarias para su propósito. También preveía dedicar una “Pelousse” amplia, para esparcimiento y recreo sobre todo infantil.

Una muestra de la exuberante y hermosa forestación que planificó Thays, son las frondosas tipas (Tipuana tipu) también llamadas "árboles de la lluvia" o "árboles llorones” porque dejan caer espaciadamente gotas de un líquido claro. Fueron traídas desde el norte argentino, de donde son originarias. Las tipas, bordean las principales avenidas del Parque y también bulevar Artigas desde la rambla hasta la avenida Garibaldi, alcanzando más de 18 metros de altura. Las eligió porque brindan una excelente sombra y su magnífica floración amarilla es muy decorativa, especialmente para espacios amplios como avenidas, plazas y parques donde la edificación permita desarrollar sus anchas copas.

En los años que Thays creó el parque, recién comenzaban a circular los primeros y escasos automóviles en Montevideo. No pudo imaginar los insultos que, aun sin conocerlo, le dedicarían los automovilistas que estacionan sus vehículos debajo de las ramas de las tipas con el consiguiente deterioro de su pintura, ya que las gotas no son de savia como mucha gente supone, sino de lo que sobra de ésta después de ser digerida por los cientos de miles de larvas de un insecto parásito llamado “llanto de las tipas” o “chicharrita de la espuma”. Dichas larvas tienen una gran capacidad de extracción de savia y como dato curioso se calcula que 70 individuos pueden llegar a emitir hasta un litro por hora de la sustancia.

Desarrollo del Parque

Una vez formado, el Parque se fue nutriendo lentamente de adornos y construcciones.

En 1917 se construyó, para sede del segundo Campeonato Sudamericano de Football el “estadio del Parque Pereira”, con una tribuna de madera y capacidad para 15000 espectadores; y se plantaron las palmeras washingtonias que hoy vemos casi centenarias con más de 20 metros de altura.

Para celebrar el triunfo de las naciones aliadas en la Primera Guerra Mundial en 1918, se le cambió el nombre de Parque Pereira por Parque de los Aliados, y tres años después, cuando se demolió el “estadio del Parque Pereira”, el nombre del personaje que con su donación había intentado perdurar en la memoria colectiva, desapareció para siempre.

A fines de 1921, el arquitecto del Servicio de Paseos Públicos Juan Antonio Scasso comenzó a construir en su lugar la Pista de Atletismo.

En homenaje al triunfo del “football” uruguayo en los Juegos Olímpicos de 1924, en Colombes, París, se colocaron en 1925 varios motivos olímpicos o griegos: las estatuas de Creugas y Damoxenos, el Discóbolo y dos copias del llamado vaso Borghese. En los bordes de Parque comenzaron en 1929 a aparecer construcciones importantes, como la Embajada Británica y la Facultad de Odontología.

El lento enriquecimiento del Parque se aceleró súbitamente en 1930.

La Comisión Nacional del Centenario

El país, con una economía floreciente, debido especialmente al éxito de sus exportaciones durante la Primera Guerra Mundial y al ordenamiento social desarrollado durante los gobiernos de don José Batlle y Ordóñez, quería demostrar su superación después de un siglo de existencia como nación independiente y su confianza en el porvenir. A través de la Comisión Nacional del Centenario, presidida por el ex-Presidente Baltasar Brum, planificó un abigarrado programa de festejos y realizaciones, que incluyó actividades a desarrollarse durante más de un año, a partir del 19 de abril de 1930.

En ese período, Montevideo se iluminó especialmente, hubo actos, discursos, desfiles, se desplegó una inmensa "Bandera del Centenario" en la fachada del Palacio Legislativo, y se inauguraron muchas obras y monumentos. La Comisión impulsó un conjunto de proyectos de "leyes del centenario" que entre otras cosas incluían obras públicas en algunos departamentos. Como curiosidad, en una época en que la radiotelefonía recién estaba en sus albores, se realizó la compra de 1200 receptores de radio para distribuirlos en las escuelas rurales a fin de que estuvieran comunicadas. ¿Lejano antecedente del Plan Ceibal?

También en 1930 se denominó al Parque con el nombre actual, en homenaje a don José Batlle y Ordóñez fallecido el año anterior.

Uno de los lugares que más se benefició fue el Parque. La Fuente Luminosa y los monumentos al Trabajo, a la Víctima de la guerra civil y posteriormente, en 1934 el monumento a la Carreta y en 1938 el Obelisco a los Constituyentes de 1830 fueron partes del programa. Pero además, durante ese año el arquitecto Scasso construyó el Estadio Centenario, la obra más importante del Parque, y se disputó el Primer Campeonato Mundial de Football, ámbito en el cual Uruguay se coronó Campeón, constituyendo la frutilla de la torta de los festejos, pero ¡qué frutilla! No se concibe otra mayor, fue la que realmente nos hizo conocer en el mundo como Nación, con todo lo que eso implica.

Y después el Parque continuó engalanándose con monumentos y obras y rodeándose de edificaciones muy importantes como el Hospital de Clínicas, a un ritmo destacado pero decreciente, hasta llegar a la situación en que hoy se encuentra.

Carlos Abraira

A continuación, podríamos elegir un punto de vista especial para describir al Parque: el deportivo (estadios, centros deportivos, pista de atletismo, velódromo); el sanitario (médicos, hospitales, segundo pulmón de nuestra ciudad, después del Prado), el botánico, el histórico, el cultural, etc. pero nuestra intención es hacer su estudio turístico extensivo, es decir, describir cada una de las cosas interesantes que posee y lo rodean.

4 comentarios:

  1. Genial la nota!!! Te cuento que mi nombre es Jorge y desde hace un tiempo estoy desarrollando el proyecto de armar un sitio web del parque Batlle. Ya lo estoy implementando, acá podés verlo:
    https://sites.google.com/site/parquebatllemontevideo/home

    Como verás, está en una etapa temprana. La información que publicás en este artículo es genial y me gustaría saber si puedo usarla. Al mismo tiempo, te comento que todo lo que está en el sitio del parque está disponible y es de uso libre.
    También se me ocurre que podría poner un enlace a tu blog.
    Bueno, un saludo y espero tu respuesta.

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  2. Jorge: mi propósito en esta etapa es revelar cada una de las cosas atrayentes que tiene el Parque. En los recorridos turísticos que realicé recorriéndolo en vehículo, llegué a mostrar 75 de ellas, y para hacerlo con propiedad investigué mucho sobre cada una. Siempre en bibliografía idónea y en sitios serios de la web (que aunque parezca mentira existen, aunque hay que saber descubrirlos entre la maraña de informaciones falsas o copiadas a la ligera). La información que obtuve me resultó tan interesante que resolví compartirla por medio de este blog; va a ser larga y podés usarla a condición de mencionar la fuente. También podés colocar el enlace, yo haré lo mismo cuando mencione tu sitio que por lo que observé va a ser muy completo y organizado.
    Te advierto de antemano que algunas podrán ser contradictorias con lo que la información oficial dice; por ejemplo que los vasos Borghese no son vasos Borghese...
    No soy historiador sino Guía de Turismo, pero educado en la seriedad de la información en mis largos años de estudio de Ingeniería Química y de la Licenciatura en Filosofía, y como tal hago más hincapié en las curiosidades que en los datos técnicos, sin menoscabo de éstos.
    ¡Saludos y adelante!

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  3. Muchas gracias, Carlos. Te agradezco la pronta respuesta y la buena predisposición.
    El enfoque de mi sitio es hacer bastante hincapié en la flora, distinguiéndola y fotografiándola. También, gracias a la participación de unos amigos fotógrafos y artistas visuales, va a haber buenas fotos de los monumentos. Esos creo que van a ser los fuertes.
    Bueno, te mando un saludo y seguimos en contacto.

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  4. Que hermoso es este parque, sin duda una de las mejores atracciones que tiene este bello destino para vacacionar. Saludos!

    Pablo - Montevideo Hotel

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